martes, 24 de diciembre de 2013

Tácticas de portaaviones

El portaaviones, es la cúspide de la proyección de poder naval de una nación. Como tal, sirve para llevar la guerra a otros países, y como se ha demostrado recientemente en Afganistán, estos países no tienen por que tener costa. El portaaviones, por su naturaleza masiva y su utilidad en el campo de batalla es el blanco preferido de los ataques enemigos, por lo que no puede ir sólo a ninguna parte, y en realidad es la pieza central del grupo de ataque del portaaviones. Este grupo se compone de uno o dos submarinos de ataque, una flotilla de destructores lanzamisiles y una pantalla de fragatas antisubmarinas.

Grupo de portaaviones del Abraham Lincoln


Este formidable grupo de ataque, sirve para 3 cosas:

  1. Mediante el portaaviones proyectar poder aéreo devastados contra blancos en tierra y mar a larga dstancia (600 millas náuticas o mas).
  2. Los destructores y fragatas sirven en operaciones antisubmarinas y antisuperficie de apoyo al portaaviones, defendiéndolo de ataques por lanchas torpederas, submarinos y misiles antibuque. 
  3. Llevar a cabo misiones que lleven al dominio del mar, en la zona de interés, lo que quiere decir que se niega el uso del mar al adversario y se permite a aliados y a la marina propia. Esto sirve para muchas cosas, como permitir que lleguen suministros a las tropas, proteger el comercio, permite llevar a cabo desembarcos y ataques sorpresa en la costa o tierra adentro sin ser molestado por defensas aéreas o terrestres y dar apoyo aéreo a las tropas en combate sin impedimento alguno.
La idea del dominio del mar, fue explicada por A. T. Mahan en sus libros sobre la supremacía naval y la historia militar naval de 1600 a 1880. El portaaviones es la culminación lógica de estos preceptos. siendo el equivalente a un acorazado con cañones que lanzan bombas a 600 millas de distancia. 

Las operaciones del portaaviones, son muy complicadas ya que involucran el manejo de unos 20 barcos y 200 aviones. La acción de, por ejemplo ordenar un ataque aéreo contra un estado rebelde al régimen de USA sería de la siguiente manera. Se recibe la orden del comando de combatientes al cual está asignada la flota del portaaviones, se busca en las bases de datos y de los satélites las coordenadas de los blancos y se ingresan en las computadoras de los misiles, junto a los mapas 3D del terreno sobre el cual van a pasar éstos. Los pilotos reciben instrucciones de las defensas y se planean las misiones. Si los blancos están alejados, hay que tomar en cuenta en la planeación el uso de tanques de combustible externos y el uso de tanqueros para recargar combustible en el aire. Una vez tomados en cuenta los requerimientos de combustible y de ordenanza para cada blanco se busca la dirección óptima para soltar las bombas o misiles. Para el tiempo de la misión se debe hacer coincidir el ataque de los misiles de crucero (Tomahawks) contra las defensas antiaéreas y otros blancos y los aviones, para que sea un sólo golpe demoledor. 

Durante toda la misión se monitorea el progreso de aviones y misiles desde el centro de operaciones del portaaviones y se entrevista a los pilotos al regreso para inferir daños sobre los blancos y otras cosas útiles que se puedan aprender de la misión.




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