El combate de la infantería contra los tanques es una lucha altamente desigual, y muy peligrosa para la infantería. El tanque tiene ventajas en armamento, movilidad y blindaje. Por lo que la infantería debe aprovechar su capacidad de esconderse y su maniobrabilidad en terrenos urbanos para resistir un ataque de tanques y poder perseverar en su dominación del terreno.
Para lograr esto la infantería debe poder pasar desapercibida y acercarse a los tanques. Donde con su movilidad superior puede usar cargas explosivas o cohetes antitanque y destruir a los blindados.
La doctrina actual para la lucha antitanque por la infantería involucra el uso de equipos de cazadores de tanques. Estos equipos son escuadras de 8 a 12 hombres con ametralladoras y cohetes antitanque. La idea principal es encontrar a los tanques, cegarlos con humo o usando fuego de rifles antimaterial disparados a las portillas de visión y atacar con los cohetes antitanque, mientras las ametralladoras mantienen a la infantería que acompaña a los tanques bajo fuego, para que no puedan responder a la amenaza.
Para crear una emboscada contra los tanques, es muy importante tratar de inmovilizarlos primero, para lo cual se utilizan minas antitanque y se busca aprovechar el terreno al máximo.
Por ejemplo en una curva en el camino, los tanques son detenidos por minas antitanque o cargas detonadas remotamente y posteriormente rociados con fuego de ametralladora para impedir que las tripulaciones desciendan y la infantería de apoyo entre en acción. inmediatamente después los coheteros disparan sus armas contra los tanques y cambian de posición para evitar ser hechos blanco y repiten la operación hasta destruir los tanques.
Estas operaciones funcionan mejor en áreas boscosas , densas o construidas, pues esto puede limitar incluso el través de la torreta de los tanques.
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